miércoles, 13 de febrero de 2019

Candida auris

Hoy os voy a hablar de Candida auris. Candida auris fue aislado por primera vez en 2009 en un paciente japonés que tenía una otitis externa (infección de oído). Desde entonces, se ha expandido a una velocidad alarmante por todo el mundo, causando verdaderos estragos.





En los ocho años posteriores al aislamiento en ese paciente, C.auris se ha aislado en un montón de países: Corea del Sur, India, Sudáfrica, Kuwait, Reino Unido, Venezuela, Brasil, Estados Unidos, Colombia, Pakistán, España (Hospital de la Fe), Alemania, Israel, Noruega y Omán. Está asociado a infecciones nosocomiales, sobre todo aparece en forma de brotes en UCI o en la REA, ocasionando hasta un 70% de mortalidad en aquellos pacientes con candidemia. Además de eso, es multirresistente. 

Los factores de riesgo para adquirir una infección por C.auris son las mismas que para cualquier candidemia: enfermedades de base (como diabetes, cáncer,insuficiencia renal...), inmunodeficiencia, larga estancia en UCI, operaciones quirúrgicas recientes, catéteres, nutrición parenteral, tratamientos antibióticos y antifúngicos de amplio espectro etc. 

Es capaz de colonizar la piel y las mucosas de los pacientes y ha sido aislada de numerosos sitios: del suelo de las habitaciones, del mobiliario, de las pantallas y teclados...Además es capaz de persistir durante meses en el ambiente hospitalario produciendo brotes, gracias a su resistencia a la temperatura (es capaz de mantenerse viable a 42ºC). Su mecanismo de transmisión es aún desconocido, pero se cree que lo más posible es que sea por contacto. Ha sido implicado como agente causal de fungemia, ventriculitis, osteomielitis, otitis maligna, infecciones intra-abdominales, pericarditis, derrames pleurales y vulvovaginitis. Es capaz de multiplicarse en uno o varios órganos causando una alta mortalidad.

Su diagnóstico a nivel de laboratorio es complicado, ya que con los métodos comercializados en base a sus propiedades fisiológicas dan un resultado de identificación erróneo, ya que está relacionado filogenéticamente con otras especies como C.haemulonii, C. krusei o C. lusitaniae. Su diagnóstico definitivo se hace mediante pruebas moleculares o a través del MALDI-TOF si está incluido en la base de datos. Si no estuviesen estas pruebas en el laboratorio debería mandarse a un laboratorio de referencia. 

El tratamiento para la C.auris es cuanto menos complicado. Aunque no hay de momento puntos de corte para valorar la resistencia a antifúngicos, se considera que más del 90% de los aislados son resistentes a fluconazol. Uno de cada tres tienen resistencia a voriconazol y anfo B...Por suerte, de momento la resistencia a los tres tipos de antifúngicos disponibles (azoles, anfotericina B y equinocandinas) es relativamente raro. Se hizo un estudio bastante esclarecedor de 41 aislamientos procedentes de Pakistán, India, Sudáfrica y Venezuela durante 2012-2015.

Usando los puntos de corte existentes para C.albicans, el 93% de los aislamientos fue resistente a fluconazol, el 35% a anfotericina B y el 7% a equinocandinas. El 41% fue resistente a dos clases de antifúngicos y dos aislados fueron resistentes a las 3 clases. Basándose en este estudio, las recomendaciones actuales es el uso de las equinocandinas (anidulafungina, caspofungina y micafungina) para el tratamiento de las inf. por C.auris. Sin embargo, hace falta mucha más experiencia clínica y más estudios para tener una base consistente. Las recomendaciones de prevención y profilaxis de la C.auris pasa por un aislamiento del paciente colonizado o infectado, estudios de vigilancia microbiológica, un lavado de manos correcto y una descontaminación exhaustiva de las salas y equipo médico. 

No dejéis de leeros este artículo en inglés que hace una pequeña revisión sobre C.auris muy interesante. Gracias por leerme y hasta la próxima. 

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