Hoy os voy a hablar de Candida auris. Candida auris fue aislado por
primera vez en 2009 en un paciente japonés que tenía una otitis externa
(infección de oído). Desde entonces, se ha expandido a una velocidad
alarmante por todo el mundo, causando verdaderos estragos.
En los ocho años posteriores al aislamiento en ese paciente, C.auris se
ha aislado en un montón de países: Corea del Sur, India, Sudáfrica,
Kuwait, Reino Unido, Venezuela, Brasil, Estados Unidos, Colombia,
Pakistán, España (Hospital de la Fe), Alemania, Israel, Noruega y Omán. Está
asociado a infecciones nosocomiales, sobre todo aparece en forma de
brotes en UCI o en la REA, ocasionando hasta un 70% de mortalidad en
aquellos pacientes con candidemia. Además de eso, es multirresistente.
Los
factores de riesgo para adquirir una infección por C.auris son las
mismas que para cualquier candidemia: enfermedades de base (como
diabetes, cáncer,insuficiencia renal...), inmunodeficiencia, larga
estancia en UCI, operaciones quirúrgicas recientes, catéteres, nutrición parenteral, tratamientos antibióticos y antifúngicos de amplio
espectro etc.
Es capaz de colonizar la piel y las mucosas de los pacientes y ha sido
aislada de numerosos sitios: del suelo de las habitaciones, del
mobiliario, de las pantallas y teclados...Además es capaz de persistir
durante meses en el ambiente hospitalario produciendo brotes, gracias a
su resistencia a la temperatura (es capaz de mantenerse viable a 42ºC).
Su mecanismo de transmisión es aún desconocido, pero se cree que lo más
posible es que sea por contacto. Ha sido implicado como agente causal de
fungemia, ventriculitis, osteomielitis, otitis maligna, infecciones
intra-abdominales, pericarditis, derrames pleurales y vulvovaginitis. Es
capaz de multiplicarse en uno o varios órganos causando una alta
mortalidad.
Su diagnóstico a nivel de laboratorio es complicado, ya que con los
métodos comercializados en base a sus propiedades fisiológicas dan un
resultado de identificación erróneo, ya que está relacionado
filogenéticamente con otras especies como C.haemulonii, C. krusei o C.
lusitaniae. Su diagnóstico definitivo se hace mediante pruebas moleculares
o a través del MALDI-TOF si está incluido en la base de datos. Si no
estuviesen estas pruebas en el laboratorio debería mandarse a un
laboratorio de referencia.
El tratamiento para la C.auris es cuanto menos complicado. Aunque no hay
de momento puntos de corte para valorar la resistencia a antifúngicos,
se considera que más del 90% de los aislados son resistentes a
fluconazol. Uno de cada tres tienen resistencia a voriconazol y anfo
B...Por suerte, de momento la resistencia a los tres tipos de
antifúngicos disponibles (azoles, anfotericina B y equinocandinas) es
relativamente raro.
Se hizo un estudio bastante esclarecedor de 41 aislamientos procedentes
de Pakistán, India, Sudáfrica y Venezuela durante 2012-2015.
Usando los puntos de corte existentes para C.albicans, el 93% de los
aislamientos fue resistente a fluconazol, el 35% a anfotericina B y el
7% a equinocandinas. El 41% fue resistente a dos clases de antifúngicos y
dos aislados fueron resistentes a las 3 clases. Basándose en este
estudio, las recomendaciones actuales es el uso de las equinocandinas
(anidulafungina, caspofungina y micafungina) para el tratamiento de las
inf. por C.auris. Sin embargo, hace falta mucha más experiencia clínica y
más estudios para tener una base consistente. Las recomendaciones de
prevención y profilaxis de la C.auris pasa por un aislamiento del
paciente colonizado o infectado, estudios de vigilancia microbiológica,
un lavado de manos correcto y una descontaminación exhaustiva de las
salas y equipo médico.
No dejéis de leeros este artículo en inglés que hace una pequeña revisión sobre C.auris muy interesante.
Gracias por leerme y hasta la próxima.
Artículo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario