jueves, 11 de abril de 2019

Haemophilus influenzae

H.influenzae es un cocobacilo gram negativo pleomórfico, oxidasa positivo, anaerobio facultativo y no móvil.


Fue descubierto en 1892 por Richard Pfeiffer durante una pandemia de gripe. Fue considerado erróneamente como el agente etiológico de la gripe hasta 1932, cuando se descubrió que el agente real era un virus.

Richard Pfeiffer
H.influenzae coloniza el tracto respiratorio y se transmite de persona a persona a través de gotitas en el aire y de contacto directo con las secreciones respiratorias.

Entre los factores de virulencia más importantes que hay que destacar son la cápsula, las proteínas de la membrana externa, el lipopolisacárido y las proteasas de la IgA. Vamos a explicar un poco cada una de ellas:

1) Cápsula: tiene formas encapsuladas y no encapsuladas.En función de las características antigénicas de su cápsula polisacarídica se describen 6 tipos capsulares (a-f). Dentro de estas, la más importante es el serotipo b, que fue causa frecuente de bacteriemia, meningitis y otras infecciones en niños antes de la introducción de la vacuna conjugada.
Las no encapsuladas son causa frecuente de otitis media, conjuntivitis, sinusitis y neumonía, pero en ocasiones (en personas inmunodeprimidas) puede causar infecciones más invasivas.

2) Proteínas de la membrana externa: le permiten la adhesión a las células epiteliales y la colonización del tracto respiratorio, entre las que se incluyen pili, fimbrias y factores de alto peso molecular.

Pili del H.influenzae






3) El lipopolisacárido: el lipopolisacárido (LPS) también es un componente de la membrana externa de H. influenzae que contribuye a la integridad estructural del patógeno y provoca una potente respuesta inflamatoria por parte de la endotoxina.

4) Las proteasas de la IgA: las IgA son inmunoglobulinas muy importantes implicadas en la defensa de las mucosas. H.influenzae produce unas proteasas que son capaces de romper diferentes enlaces peptídicos dentro de la zona bisagra de la misma.


Epidemiología: A los 18 meses de edad, un tercio de los niños han tenido colonización nasofaríngea por H. influenzae. La colonización puede persistir durante meses, y la infección respiratoria superior intercurrente puede promover la enfermedad invasiva, así como aumentar la diseminación entre los contactos cercanos.
Los niños pueden ser colonizados por múltiples cepas distintas en un momento dado, y las cepas de colonización pueden cambiar con el tiempo. La colonización persiste durante la adultez.

Antes de la vacunación, que se implantó en 1985 contra el Haemophilus influenzae serotipo b (Hib), la incidencia de la enfermedad por Hib invasiva variaba de 67 a 130 casos por 100,000 niños menores de cinco años por año, y la incidencia de meningitis por Hib era de 40 a 69 casos por 100,000 niños por año. Sin embargo, el uso generalizado de vacunas conjugadas contra Hib en la infancia ha dado lugar a una disminución dramática en la enfermedad invasiva por Hib en niños a un caso o menos por 100,000. La incidencia de enfermedades invasivas entre individuos mayores de cinco años ha sido estable en aproximadamente 0.5 por 100,000 habitantes.

Incidencia anual estimada (por 100 000 habitantes) de enfermedad invasora por Haemophilus influenzae tipo b en niños menores de 5 años en EEUU.


La inmunización contra Hib ha reducido el transporte (y probablemente la transmisión) y ha facilitado la inmunidad del rebaño. La carga global de la enfermedad de Hib es sustancial; En todo el mundo, Hib causó aproximadamente 8,13 millones de enfermedades graves en el año 2000, con 371,000 muertes. Esto es casi totalmente prevenible por vacunación; el uso expandido de la vacuna Hib podría reducir la neumonía, la meningitis y la mortalidad entre los niños. Esto se ve reflejado en el siguiente gráfico, donde se muestran los países que tienen una cobertura vacunal completa con las 3 dosis:




Los factores de riesgo para adquirir una infección por H.influenzae son los siguientes: la edad (los niños son más susceptibles), todos los factores o condiciones que produzcan una inmunodeficiencia tales como: la deficiencia del complemento, la hipogammaglobulinemia, la anemia de células falciformes, la asplenia funcional y el VIH. 
En los adultos, las afecciones subyacentes, como la enfermedad pulmonar crónica, el tabaquismo, el VIH, el alcoholismo, el embarazo, los tumores malignos y la edad avanzada aumentan el riesgo de contraer la enfermedad de H. influenzae. Entre las mujeres embarazadas, la infección invasiva por H. influenzae no encapsulado se ha asociado con el parto prematuro y la pérdida fetal. Los factores de riesgo socioeconómico que aumentan el riesgo de contraer la enfermedad por H. influenzae incluyen el hacinamiento, la vacunación deficiente y la asistencia a la guardería.

Manifestaciones clínicas: el H.influenzae serotipo b antes de la introducción de la vacuna era el primer causante de meningitis bacteriana en niños menores de 5 años. También fue causante de epiglotitis, neumonía, empiema, pericarditis, bacteriemia y artritis séptica. Las manifestaciones clínicas de las infecciones por Hib invasivas reflejan la capacidad del organismo para la invasión vascular y el establecimiento de focos metastásicos de infección, como meningitis, artritis séptica, osteomielitis y celulitis.
El H.influenzae no capsulado causa infecciones no invasivas en niños mayores y adultos, generalmente como resultado de la diseminación local de organismos de la nasofaringe. Es una causa importante de sinusitis, otitis media, conjuntivitis, bronquitis, neumonía y bacteriemia.
La densidad de colonización parece ser que es un factor predisponente para contraer otitis media en niños pequeños. 

Y por cierto, hablando de conjuntivitis en niños, aquí os dejo el post de dos pediatras en casa (@2PediatrasNCasa en Twitter) donde exponen muy bien las causas y los síntomas de la conjuntivitis:


 -https://dospediatrasencasa.org/2019/04/07/conjuntivitis-en-ninos/ 

Diagnóstico: Para las infecciones respiratorias causadas por H. influenzae (capsulado y no capsulado), el diagnóstico generalmente se hace clínicamente. No se suele buscar un diagnóstico etiológico, ya que el tratamiento empírico para estas entidades clínicas es generalmente adecuado para tratar estos patógenos. Para las enfermedades invasivas, como la bacteriemia, la sepsis y la meningitis, los métodos de cultivo tradicionales se utilizan normalmente para identificar el patógeno.

Para el cultivo bacteriano se utiliza agar chocolate, ya que éste contiene los dos factores necesarios para el crecimiento de la bacteria: factor X (hemina) y factor V (NAD). El crecimiento en agar sangre se produce como fenómeno de satelitismo alrededor de otras bacterias (estas bacterias como el Staph.aureus producen hemólisis de las células que liberan los factores necesarios para el crecimiento de H.influenzae).


H.influenzae en agar chocolate
 
 
Fenómeno de satelitismo alrededor de Staph aureus.


Factores: sólo crece en el XV (que contiene los dos factores).

Es importante tener en cuenta que H. influenzae puede ser un colonizador común del tracto respiratorio. Por lo tanto, el aislamiento de este organismo de un sitio no estéril (como un cultivo respiratorio o un esputo inducido) hay que valorarlo siempre con precaución.

Tratamiento: Para las cepas no capsuladas entre los antibióticos por vía oral que son activos se incluyen amoxicilina-ácido clavulánico, fluoroquinolonas, macrólidos (p. ej., azitromicina, claritromicina) y varias cefalosporinas de espectro extendido (p. ej., cefixima, cefpodoxima, cefprozilo, cefaclor, cefuroxima, entre otras).

La antibioterapia parenteral está indicada en infecciones más graves. Entre los agentes activos se encuentran cefalosporinas (p. ej., ceftriaxona, cefuroxima, ceftazidima, cefotaxima), ampicilina-sulbactam, fluoroquinolonas y azitromicina. 

Para el H.influenzae serotipo b cuyas infecciones son invasivas la pauta terapéutica consiste en cefotaxima o ceftriaxona. El tratamiento se mantiene hasta que el paciente esté afebril y sin signos clínicos o de laboratorio de infección durante 3-5 días. La duración habitual del tratamiento es de 7-10 días. Los pacientes con complicaciones como endoftalmitis, endocarditis, pericarditis y osteomielitis pueden precisar 3-6 semanas de tratamiento. 

Vacunación en España: la vacunación frente al Hib está recomendada de forma sistemática en todos los niños entre 2 y 59 meses. Se encuentra incluida en todos los calendarios de vacunación de las comunidades y ciudades autónomas españolas y, desde el año 2017, se administra en la serie primaria formando parte de las vacunas combinadas hexavalentes a los 2 y 4 meses, con una dosis de refuerzo a los 11 meses de vida.

Vacunas en España
 Para más información sobre las vacunas, aquí os dejo un enlace con todos los detalles:
-https://vacunasaep.org/documentos/manual/cap-27#4

Fuentes de las imágenes:
-https://en.wikipedia.org/wiki/Haemophilus_influenzae
-https://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/pfeiffer_richard.htm
-https://iai.asm.org/content/iai/46/3/787.full.pdf
-https://www.cdc.gov/mmwr/preview/mmwrhtml/rr6301a1.htm#Fig1
-http://proyectoavatar.enfermeriacomunitaria.org/info-vacunas/29-haemophilus-influenzae-tipo-b

Y esto es todo, espero que os haya gustado y hasta la próxima.