Acanthamoeba spp es un protozoo ameboide cuyo ciclo de vida comprende dos formas: el trofozoito y el quiste. Esto lo diferencia de Naegleria, que tiene tres formas: trofozoito, quiste y forma flagelada.
A. spp es ubicua en el agua y suelo de los cinco continentes.
La tierra húmeda y las aguas con abundante sustrato son un buen caldo de cultivo para su persistencia y multiplicación.
Se encuentra en aguas dulces y saladas, en suelo, lodos, barros, biopelículas y en el aire.
El trofozoíto es pleomórfico; en función de la especie su tamaño varía
entre 15-50 micras, tiene una vacuola contráctil, polaridad
antero-posterior, pseudópodos con apariencia de espinas (acantopodios) y
un único núcleo central con un nucleolo grande.
Se alimenta de bacterias, algas, levaduras y partículas orgánicas ambientales
por medio de la emisión de pseudópodos y posterior fagocitosis.
El quiste es esférico, con un tamaño entre 10-25 micras, tiene doble
pared con poros y un núcleo semejante al del trofozoíto.
La pared externa del quiste es arrugada con pliegues y ondulaciones.
La pared interna es estrellada, poligonal, oval o esférica. La formación
del quiste ocurre bajo condiciones ambientales adversas, como la falta
de alimento, desecación o cambios en la temperatura y pH.
Su ciclo de vida es el siguiente:
Patogenia: Tanto los trofozoitos como los quistes pueden acceder al
cuerpo humano de varias maneras, pero sólo el trofozoito es la fase
infectiva pudiendo producir varios cuadros clínicos:
- Meningoencefalitis granulomatosa amebiana (MGA) de curso subagudo o crónico. Se produce cuando la ameba alcanza el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal). Los principales síntomas son: alteraciones del estado mental, convulsiones, cefalea, afasia, fiebre, rigidez de cuello y, en casos extremos, estado de coma y muerte. Este cuadro sólo se produce en personas inmunodeprimidas. Eso lo diferencia de Naegleria que es capaz de producirlo en inmunocompetentes también.
- Infección diseminada: se produce cuando la ameba llega a distintos órganos, principalmente al pulmón, los senos nasales produciendo rinosinusitis y la piel, en la que pueden aparecer nódulos rojizos, úlceras dolorosas y abscesos en el tronco y las extremidades. Este cuadro también se produce en personas inmunodeprimidas.
- Queratitis amebiana: Es el cuadro más habitual que produce. Se produce tanto en inmunodeprimidos como en inmunocompetentes. Puede darse por la penetración del trofozoito directamente a través de la mucosa ocular (más raramente) o por traumatismos corneales repetidos. Al principio, los síntomas son leves y las amebas colonizan únicamente la parte más superficial de la córnea o epitelio. Poco a poco el proceso empeora y las amebas son capaces de penetrar en el estroma, produciendo enrojecimiento, lagrimeo, fotofobia y dolor de diversa intensidad. Si la enfermedad progresa, puede observarse ulceración y uveítis anterior, con o sin hipopión (presencia de pus en la cámara anterior del ojo), y más infrecuentemente, edema corneal. En casos muy graves, pérdida total de la visión. Entre los factores predisponentes para adquirir una queratitis amebiana destacar que el 85% de los casos se producen por la mala desinfección de las lentes de contacto o su utilización durante la práctica de la natación. De todas formas, la incidencia de la queratitis amebiana es bajísima, entre 1:10000 y 1:250.000 portadores al año.
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